viernes, 28 de octubre de 2016

Todos los Santos

Queridos diocesanos:

A través de todo el año litúrgico, la Iglesia celebra la fiesta de todos aquellos santos que han sido oficialmente declarados por la Iglesia como tales.

Pero la Iglesia es consciente de que los santos son muchos más que aquellos que han sido declarados oficialmente, por eso quiere celebrar en un mismo día a todos ellos, a todos cuantos pasaron por este mundo tratando de vivir el espíritu de las bienaventuranzas, por eso, instituye esta festividad de Todos los Santos
La palabra «santo», tal vez nos lleva a pensar en alguien excesivamente excepcional, en alguien que fue extraordinario, fuera de lo normal, en alguien digno de admirar pero con muy pocas posibilidades de ser imitado por nosotros, cuando en realidad no es así.

Cuando en la Iglesia celebramos el día de Todos los Santos, estamos celebrando el triunfo definitivo, junto a Dios, de todos aquellos que en su vida trataron de vivir de acuerdo con el evangelio. Fueron personas como nosotros:

• Unos hicieron grandes milagros.
• Otros no hicieron ningún.
• Unos fueron personas excepcionales.
• Otros fueron personas normales.
• Fueron personas que vivieron con nosotros y entre nosotros. No fueron extraterrestres. 
• Fueron nuestro padres, nuestros amigos, nuestros conocidos, personas que convivieron con nosotros y que hemos conocido y hemos tratado.

Unas notas les distinguieron a todos ellos, fueron personas:

• Honradas, y veraces
• La principal norma de su vida fueron las bienaventuranzas, que trataron de vivir personalmente.
• Dios ocupó un puesto importante en sus vidas, supieron amar, perdonar y comprender a los demás. 
• Por todo ello, ya han merecido oír la voz de Cristo que les ha dicho: «Venid benditos de mi Padre: entrad en el Reino de vuestro Señor».

El día de Todos los Santos celebramos el triunfo definitivo junto al Padre de esa multitud incontable de hombres y mujeres que en su vida hicieron del seguimiento de Jesús su meta, su objetivo principal y su norma de vida más importante.

Ellos son hoy para todos nosotros, los que aun peregrinamos por este mundo, un verdadero ejemplo, un modelo y testimonio a seguir en nuestra vida e imitarlos. Un modelo:

• De vida cristiana, porque en todo momento Jesús y su mensaje fueron la norma principal de su vida.
• De alguien que se hizo eco de la llamada de Jesús a seguirle y siguieron su voz y su llamada.

Son para todos nosotros hoy un verdadero estímulo:
• Para seguir viviendo nuestra fe.

Son para todos nosotros también llamada: llamada a seguir nosotros en el camino del evangelio, que ellos siguieron tratando de encarnar las actitudes que descubrimos en ellos.

Hoy festividad de Todos los Santos, no es un día de tristeza, sino de gozo, de alegría, porque celebramos que toda esa multitud de hombres y mujeres, con vestiduras blancas, que han vivido cercanos a nosotros, conocidos nuestros, parientes nuestros, están ya gozando definitivamente de la felicidad eterna junto a Dios y todos los Santos.

Que su ejemplo nos abra los ojos para ver que merece la pena vivir el mensaje de Jesús, porque como nos dice el apóstol san Pablo en la Primera Carta a los Corintios: «Anunciamos: lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman». (1Cor 2, 9)
Feliz día de Todos los Santos.
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acerca de la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación




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miércoles, 19 de octubre de 2016

Domund 2016 -

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO Mensaje pontificio para el Domund 2016
Iglesia misionera, testigo de misericordia
Queridos hermanos y hermanas:

1. El Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que la Iglesia está celebrando, ilumina también de modo especial la Jornada Mundial de las Misiones 2016: nos invita a ver la misión ad gentes como una grande e inmensa obra de misericordia tanto espiritual como material. En efecto, en esta Jornada Mundial de las Misiones, todos estamos invitados a “salir”, como discípulos misioneros, ofreciendo cada uno sus propios talentos, su creatividad, su sabiduría y experiencia en llevar el mensaje de la ternura y de la compasión de Dios a toda la familia humana. En virtud del mandato misionero, la Iglesia se interesa por los que no conocen el Evangelio, porque quiere que todos se salven y experimenten el amor del Señor. Ella “tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio” (bula Misericordiae vultus, 12), y de proclamarla por todo el mundo, hasta que llegue a toda mujer, hombre, anciano, joven y niño. "Seguir leyendo"

martes, 11 de octubre de 2016

La Virgen del Pilar, madre de todos

BENDITA Y ALABADA SEA LA HORA EN QUE MARÍA SANTÍSIMA VINO 
EN CARNE MORTAL A ZARAGOZA

La pequeña imagen de la Virgen sobre un pilar y la tradición de su aparición en carne mortal al Apóstol Santiago, son cimiento de la piedad mariana del pueblo, honda y sentida. Así se afirma al inicio de la Eucaristía en su fiesta: «Tú permaneces como la columna que guiaba y sostenía día y noche al pueblo en el desierto».

Dice la tradición que Santiago Zebedeo emprendió el camino hacia “Finis terrae” cumpliendo el mandato del Señor: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio». Después de la Ascensión, la Madre de Jesús, nuestra desde el Calvario, compartiría a distancia la misión de los discípulos. Desde su solicitud maternal, se comprende su presencia “en carne mortal”, antes de subir al Cielo, para apoyar la arriesgada peregrinación de Santiago, el primer apóstol que daría la vida por su Hijo.

Ella misma «avanzó en la peregrinación de la fe, la esperanza y el amor». Su humilde apertura al don de Dios, ternura para cuidar la vida; la intuición del corazón, discreción y serena meditación de todos los acontecimientos, hasta la Cruz, hacen de Ella nuestra Madre amada. "seguir leyendo"

domingo, 2 de octubre de 2016

Este domingo celebramos en la Diócesis el Día del Catequista 2016

Hoy domingo 2 de octubre se celebra en nuestra diócesis de Ciudad Real el Día del Catequista. La jornada, organizada por la Delegación diocesana de Catequesis, pretende, por un lado, agradecer la tarea de estos voluntarios en la educación en la fe de niños, jóvenes y adultos y, por otro, ayudarles a profundizar en su misión y tarea.

En este sentido, el obispo, monseñor Gerardo Melgar, dedica su carta semanal a la jornada, animando a los catequistas, a los que pide una «renovación constante de nuestra fe». Además, monseñor Melgar les agradece su tarea: «Que Dios os bendiga y os ayude a poner lo mejor de vosotros mismos, al servicio de Dios y de los demás, desde vuestra identidad de catequistas, siendo vosotros verdaderos seguidores de Cristo, y desde vuestra fe, transmitáis a los demás vuestra experiencia de creyentes, unida al mensaje salvador de Cristo».

«Ser o estar», el lema escogido para este año por la Delegación, quiere animar a los catequistas en su compromiso y en su servicio para desempeñar mejor su labor. Antonio Ruiz Pozo, el delegado diocesano de Catequesis, que organiza la jornada, explica que se quiere «insistir en que hemos de tener clara nuestra identidad: Quiénes somos. Lo que hacemos, todo el mundo lo conoce». Además, continúa el sacerdote, «ser catequista es una vocación, no es una simple actividad que se hace por un deseo o capricho personal. La vocación significa llamada. La vocación la da Dios y nos llega a través de la Iglesia». La tarea de esta vocación es evangelizar, «es el amor a Jesús lo que nos impulsa a catequizar».

Número de catequistas en nuestra diócesis

En España entregan su tiempo más de 100.000 catequistas en las 70 diócesis. En nuestra diócesis de Ciudad Real han sido 2746 en el año 2015 los que han ofrecido este servicio con niños, jóvenes y adultos en las 164 parroquias que componen nuestro territorio diocesano.

En las parroquias rurales, donde han desaparecido muchos servicios, los catequistas siguen estando presentes para enseñar el Evangelio y ayudar a los más jóvenes en el camino de la fe. 

Misa diocesana de envío

La Misa de envío de los catequistas se celebrará el sábado 22 de octubre, en la Catedral, y estará presidida por el obispo de Ciudad Real, monseñor Gerardo Melgar. A esta celebración están invitados todos los catequistas de la Diócesis.